"NO TOQUÉIS, DIJO, A MIS UNGIDOS, NI HAGÁIS MAL A MIS PROFETAS" (Salmo 105:15)
"...porque el que os toca, toca a la niña de su ojo" (Zacarías 2:8).
En estos pasajes también aparecen los extremos, de los cuales siempre he advertido en todos mis escritos.
Quienes toman únicamente estos textos, ignorando una cantidad de enseñanzas concernientes, pueden lograr una clase de "fuero espiritual" que les autoriza a los siervos de Dios a moverse con total inmunidad e inimputabilidad convirtiéndose en "hombres intocables", donde todo les estaría permitido.
En la política sucede algo parecido, algunos gobernantes al terminar su mandato y para no ser demandados, acceden a algún cargo menor, como diputado, senador o embajador a fin de mantener sus fueros y no someterse a juicio.
Al decir Dios: "No toquéis a mis ungidos" está advirtiendo sobre las falsas acusaciones o agresiones gratuitas, injustas e injustificadas, donde Dios defenderá siempre a sus siervos.
Esto no significa que no podamos cuestionar lo que hacen o lo que nos enseñan, muy por el contrario debemos de hacerlo por la salud de nuestras almas.
Por otro lado aparece el otro extremo, los que por "deporte" difaman, desacreditan o calumnian a los siervos de Dios, la mayoría de las veces con total desconocimiento de sus vidas y trayectorias.
Basta verlos prosperados, o con una buena ropa, un buen carro, o con una buena casa para catalogarlo como un "mercader de la fe", o un "falso profeta" que vive bien, gracias a las ofrendas y diezmos, y que a costa de la Iglesia se da la gran vida.
Hace unos días compartía con mi hermano Dante un asado en mi casa, después de meses de no vernos, mi hermano tomó algunas fotos y las subimos a nuestras páginas, alguien comentaba: "Mientras ustedes los siervos comen asado, muchos se mueren de hambre".
Pensaba al leerlo, ni siquiera se detienen a pensar por un momento, de donde salieron los recursos para pagar ese asado, o esas vacaciones, o la casa o el auto, miran desde afuera, desde la distancia de la ignorancia, no tienen ni la más remota idea de la "historia de vida" de sus victimas de turno.
Nunca pensaron que ese pastor además de cumplir su ministerio, quizás trabaje en otras áreas, e invierte lo suyo en la obra de Dios. ¿Como saben si mientras ellos descansan o duermen la siesta, ese hombre amanece trabajando?... ¿O si cuando respondió al llamado no dejó, profesión, posición, bienes y lo invirtió todo en la obra?...¿Como pueden saber quien era, que tenía, que hacía o que hace ahora?.
Hay una frase que algunos inscriben en las lunetas de sus autos o en las carrocerías de los camiones y dice: "No envidies mi prosperidad, sino conoces mi sacrificio"
Con tanta liviandad se acusa y se juzga la vida de los hombres de Dios, me asusta y me impresiona.
Los electricistas saben cuando manipulan los cables en una instalación, que hay uno que cualquiera puede tocar y no pasa nada, porque es el cable neutro, no conduce energía, pero el otro que se le llama positivo o el "polo vivo" tiene el voltaje suficiente para matar a una persona.
Si estás tocando a un deshonesto y sinverguenza no sucederá nada, pero si en cambio estas "tocando" gratuitamente la vida de un hombre de Dios, tocarás "la niña de su ojo", debieras primero que nada saber con que cable estás lidiando.
"...porque el que os toca, toca a la niña de su ojo" (Zacarías 2:8).
En estos pasajes también aparecen los extremos, de los cuales siempre he advertido en todos mis escritos.
Quienes toman únicamente estos textos, ignorando una cantidad de enseñanzas concernientes, pueden lograr una clase de "fuero espiritual" que les autoriza a los siervos de Dios a moverse con total inmunidad e inimputabilidad convirtiéndose en "hombres intocables", donde todo les estaría permitido.
En la política sucede algo parecido, algunos gobernantes al terminar su mandato y para no ser demandados, acceden a algún cargo menor, como diputado, senador o embajador a fin de mantener sus fueros y no someterse a juicio.
Al decir Dios: "No toquéis a mis ungidos" está advirtiendo sobre las falsas acusaciones o agresiones gratuitas, injustas e injustificadas, donde Dios defenderá siempre a sus siervos.
Esto no significa que no podamos cuestionar lo que hacen o lo que nos enseñan, muy por el contrario debemos de hacerlo por la salud de nuestras almas.
Por otro lado aparece el otro extremo, los que por "deporte" difaman, desacreditan o calumnian a los siervos de Dios, la mayoría de las veces con total desconocimiento de sus vidas y trayectorias.
Basta verlos prosperados, o con una buena ropa, un buen carro, o con una buena casa para catalogarlo como un "mercader de la fe", o un "falso profeta" que vive bien, gracias a las ofrendas y diezmos, y que a costa de la Iglesia se da la gran vida.
Hace unos días compartía con mi hermano Dante un asado en mi casa, después de meses de no vernos, mi hermano tomó algunas fotos y las subimos a nuestras páginas, alguien comentaba: "Mientras ustedes los siervos comen asado, muchos se mueren de hambre".
Pensaba al leerlo, ni siquiera se detienen a pensar por un momento, de donde salieron los recursos para pagar ese asado, o esas vacaciones, o la casa o el auto, miran desde afuera, desde la distancia de la ignorancia, no tienen ni la más remota idea de la "historia de vida" de sus victimas de turno.
Nunca pensaron que ese pastor además de cumplir su ministerio, quizás trabaje en otras áreas, e invierte lo suyo en la obra de Dios. ¿Como saben si mientras ellos descansan o duermen la siesta, ese hombre amanece trabajando?... ¿O si cuando respondió al llamado no dejó, profesión, posición, bienes y lo invirtió todo en la obra?...¿Como pueden saber quien era, que tenía, que hacía o que hace ahora?.
Hay una frase que algunos inscriben en las lunetas de sus autos o en las carrocerías de los camiones y dice: "No envidies mi prosperidad, sino conoces mi sacrificio"
Con tanta liviandad se acusa y se juzga la vida de los hombres de Dios, me asusta y me impresiona.
Los electricistas saben cuando manipulan los cables en una instalación, que hay uno que cualquiera puede tocar y no pasa nada, porque es el cable neutro, no conduce energía, pero el otro que se le llama positivo o el "polo vivo" tiene el voltaje suficiente para matar a una persona.
Si estás tocando a un deshonesto y sinverguenza no sucederá nada, pero si en cambio estas "tocando" gratuitamente la vida de un hombre de Dios, tocarás "la niña de su ojo", debieras primero que nada saber con que cable estás lidiando.
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