Anoche volví a tener aquel sueño recurrente (estoy pensando que lo sueño cuando estoy muy cansado o agotado). Me veo anciano, delgado, totalmente canoso; camino sobre la playa, no distingo en qué lugar geográfico me encuentro, nunca he estado allí antes, pero siento la sensación que finalmente encontré el reposo del guerrero; es mi última estación antes de irme a mi hogar. Tengo una casa, se ve sencilla, frente al mar, hay un enorme faro muy cerca que puede verse desde la ventana. Las olas golpean en los acantilados, comienza a llover, por cierto, hace frío (pienso que puede tratarse del Pacífico o el Mediterráneo). Entro a la casa y sigo escribiendo mi último libro, supongo que es un legado a esos miles de jóvenes que envejecieron conmigo y a los que vendrán luego que me haya ido. La lluvia repiquetea sobre la ventana en donde tengo mi escritorio. Estoy soñando, pero por extraño que parezca, siento el olor a café recién hecho y puedo palpar la textura de la madera de mi escritorio. Me veo inspirado, no paro de escribir. Hay un tablero de dibujo a mi lado y se ven algunos bocetos desparramados, interpreto que también he vuelto a mi vieja pasión, dibujar (aunque no lo estoy haciendo durante el sueño).
No siento ruidos en la casa, solo se escucha los golpeteos rítmicos de la lluvia sobre la ventana. He soñado esto mismo una docena de veces. O es la última casa en la que viviré o es mi casa en los cielos. No se como o cuando llegaré allí, solo se que en el cuadro hay un faro, una casa junto a la playa, y un hombre que pagó su derecho a vivir.
No siento ruidos en la casa, solo se escucha los golpeteos rítmicos de la lluvia sobre la ventana. He soñado esto mismo una docena de veces. O es la última casa en la que viviré o es mi casa en los cielos. No se como o cuando llegaré allí, solo se que en el cuadro hay un faro, una casa junto a la playa, y un hombre que pagó su derecho a vivir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
“AMA LA VIDA QUE TIENES Y TENDRÁS LA VIDA QUE AMAS.”