(adsbygoogle = window.adsbygoogle || []).push({});

10/10/13

LA ORACION DE UNA MADRE ATRAVIESA EL CIELO

Hola madre, como estas, una vez más te encontré de rodillas
Hace rato que regrese y otra vez escuche, mi nombre repetías
Desde la última vez, cuando discutimos, no hemos vuelto a hablar
A veces mi orgullo disfraza el deseo de hablarte y la realidad….
Recuerdo cuando niño fui, verte orar como lo haces ahora 

Sigues tan fuerte igual en el mismo lugar te veía a solas
Rogaba hacerte creer que estaba dormido cuando orabas por mí
Tocabas con tu mano mi frente y le hablabas a Dios de mí
Y si dios me guardo es porque nunca cesaste de orar
Esa forma de amar de hace madre especial
Y si hoy regrese y desperté del error del ayer perdóname….
Y dame el placer de orar contigo otra vez…..
Cada palabra por mí y lágrimas nunca fueron en vano
Dios escucho tu oración y si hoy aquí estoy es un milagro
Nunca perdiste las fuerzas en tus rodillas y la fe en mí
Dios ve heme a tu alma humilde y hoy puedes sonreír
De orar contigo otra vez…..
Hoy quiero darte las gracias, por todas aquellas pequeñas cosas que hiciste por mí, a lo largo de tu vida...
Gracias..., por haberme admitido en tu cuerpo durante nueve meses, por haber compartido conmigo tu espacio, tu aire y tu mundo, y por haber soportado, valientemente, todo el dolor que, en su momento, implicó para ti darme la vida.
Gracias..., por tu tiempo y atenciones mientras fui un bebé indefens@; por tus miles de cuidados, por alimentarme pacientemente cada día.
Gracias..., porque a medida que fui creciendo, siempre estuviste a mi lado, aun cuando yo no deseaba que estuvieras ahí; por tu útil consejo en los momentos difíciles, y por todas las veces que callaste, para que yo aprendiera con tu silencio.
Gracias..., por enseñarme el amor a la lectura, porque gracias a eso crezco día a día. Gracias por tu enorme fe en Dios, por inculcarla en mí desde pequeñ @, y porque siempre actuaste congruentemente con esa fe, aún en los momentos más difíciles de tu vida.
Gracias..., por enseñarme a dar, a compartir, sin importar si la otra persona merecía recibir o no, porque con tu ejemplo aprendí a cuidar de los demás y a procurarles siempre lo mejor.
Gracias también, por enseñarme a escuchar; a veces eso ayuda más que todo el oro del mundo.
Gracias..., por darme tu mano cuando lo necesité; por estar siempre cerca, y aun así permitir que tomara mis propias decisiones, mis propios riesgos.
Gracias..., por dejarme decidir, por respetar mis decisiones, por estar ahí cuando tuve descalabros.
Gracias..., porque hoy, aunque ausente, tu recuerdo me acompaña, me guía y me da fuerzas en los momentos difíciles.

Gracias..., por ser mi madre; eres es el ser más maravilloso que he conocido. No tengo palabras para agradecerle a Dios el que me haya permitido ser tu hij@, y todo el tiempo que nos permitió estar junt@s  

No hay comentarios:

Publicar un comentario

“AMA LA VIDA QUE TIENES Y TENDRÁS LA VIDA QUE AMAS.”